Normalicemos que el amor puede no ser eterno

Quizás una de las primeras emociones que brotan en uno cuando decide poner fin a su matrimonio es la culpa. Eso de poner fin la verdad es que suena de lo más sobrecogedor, voy a matizar; poner fin a un matrimonio que ya estaba finiquitado.

Nadie se divorcia en plena efervescencia del amor, la pasión y el enamoramiento. Uno se divorcia cuando la relación lleva tiempo muerta e inmersa en una comunicación víctima del frío que ha ido envolviendo a las dos personitas que formaban parte de esa pareja hasta estrujarlas y evocarlas al desenlace final. Voy a escribir lo de CULPA  en mayúsculas , porque realmente tiene un peso gordo en el proceso de decisión y posterior a la decisión también.

Después de años divorciada y con cero culpa en mi cuerpo, (hoy), puedo mirar atrás y sentir que hay una forma en el sistema que conforman los «valores» de nuestra sociedad que nos ciñe a una única forma de amor y de amar.

Nos enseñaron  en casa, en el colegio, los libros, las películas románticas que casarse era un acto definitivo, que el amor escogido con 25 años nos tiene que servir, alimentar hasta que la muerte nos separe. Y puede ser que sí, no estoy haciendo apología en contra del matrimonio y mucho menos en contra del amor eterno que quien lo haya vivido podrá certificar que existe.

Estoy queriendo transmitir la necesidad de normalizar que el amor de pareja termina, y no pasa nada. Analicemos juntos algunas de las frases que salen en Google cuando escribo «normalicemos que el amor se acaba»

Sales escritos, blogs, propuestas con afirmaciones concluyentes y rotundas como:

– «el amor no se acaba lo matamos»

– «el amor es para toda la vida»

– «el amor verdadero no se acaba»

Comprenderéis ahora que crecer con esta idea en la cabeza, sellada en el corazón y tatuada en la piel tiene un carga importante en una personita que ya siente mosconear  el desasosiego en su cuerpo cuando empieza a valorara la posibilidad de romper la relación que como ya hemos dicho ya está rota. Los padres, los suegros, los hijos, las amistades, los compañeros de trabajo, todos absolutamente todos ellos  empiezan a revoletear por la cabeza de uno como buitres deseando devorar la carroña del animal muerto. Nuestros propios pensamientos se convierten en pirañas hambrientas, así que nuestra culpa crece y crece de la mano de la desorientación para darle los despojos a esos pensamientos destructores que una vez más nos llenan de culpabilidad.

Así que personitas bonitas y llenas de culpa que estáis valorando la posibilidad de concluir una etapa de vuestra vida. Deciros que la culpa pesa, vamos a ver que nos dice la RAE y lo analizamos juntos;

Definición de Culpa  RAE

1- Imputación a alguien de una determinada acción como consecuencia de su conducta

2- Hecho de ser causante de algo 

En el fin de una relación no hay imputados ni causantes, hay simplemente circunstancias irracionales que nos llevan a dejar de amar, a esa persona en concreto.


Voy a explicarme usando una metáfora, supongamos que somos una vela, podemos ser un cirio pascual que dure x años, podemos ser una velón enorme con olor a rosas de Rituals que dure una vida entera o podemos ser velitas que se van encendiendo y apagando. ¿están mal algunas de las velas descritas más arriba? pues no, ¿tienen algún tipo de tara o de culpa por dejar de quemar? pues no, no y no… simplemente entendemos que son ciclos.

Aquí entra en acción el temido sufrimiento, pero si entendemos que sufrir es opcional, que las circunstancias son eso, circunstanciales y que la realidad es neutra, pues lo que en algunos casos se convierte en años de lucha simplemente sería un paso más hacia nuestro destino

Cuando decidimos separarnos NO SOMOS CULPABLES, somos responsables y como tal asumimos que esa etapa de nuestra vida ha finalizado. Así pues lo que ha venido siendo un acto de culpabilidad absoluta, de sentirse mal y sufrir por el peso del dedo acusador se convierte en un acto de responsabilidad, madurez y amor hacía uno mismo, hacía la pareja y hacia los hijos. 

¿O acaso es mejor mantenerse en una relación de dos donde no hay amor? ¿es mejor mal vivir con nuestra pareja, que tomar una decisión de separar las vidas como pareja sentimental?

Entonces entender que como cualquier ciclo vital el de amor de pareja también puede terminar, sin más razón ni más motivo que el del cumplimiento de un etapa de nuestra vida, nos libera y no da paz.

Así que ahora cuando oigáis frases como:

– «has roto un matrimonio»

– «por tu culpa yo y mi familia sufrimos»

– «que dirá la gente, la familia»

– «la culpa es de una tercera persona»

….

A todo NO, NO, NO… los únicos responsables del sufrimiento son los dos miembros de la pareja, y el hecho de que el amor termine es un episodio, , una situación más y ante ella como en otros acontecimientos que se darán a lo largo de nuestra vida debemos asumir, y proceder sin culpa, sin rabia, sin rencor… porque entendemos que así como nos casamos un día por amor, un día decidimos divorciarnos también por amor.

Y tampoco vamos a aceptar el discursito de:

– Es que no aguantas nada

– Hoy en día os cansáis de todo

– El amor también es sufrimiento

….

Pues no, perdonen ustedes, amar es libre y no debe doler. Cerrar etapas es necesario y hacerlo des del amor debería de ser lo natural.

En un momento de crispación si ambas partes echan leña al fuego sin parar a la destrucción será masiva y algunas veces incluso irreparable. Así que dejemos de señalar a nuestra pareja como único responsable de nuestra desdicha, dejemos de cargar con los estigmas establecidos por nuestra sociedad de lo que debería ser o no ser el amor y las relaciones de pareja.

Amar con el corazón durante un proceso de separación, nos permitirá transitar el proceso con otra visión, con calma y en lugar de vivir apegados al sufrimiento deberíamos ser capaces de almacenar bonitamente los recuerdos y soltar la mochilita del odio y los rencores, levantar el ancla y seguir viviendo cada uno su camino.

Así que desde aquí os invito a que normalicemos a que el amor no tiene por qué ser eterno y que al igual que amamos mucho a nuestra pareja unos años dejamos de amarla.

No hay de nada de bueno ni malo en ello, ni culpables ni víctimas ni verdugos, hay dos personas que se responsabilizan de nuevo de sus caminos y esta vez por separado, sin olvidar que un día fueron amor.

Normalicemos pues que el amor puede no ser eterno, y demos la bienvenida a nuevas oportunidades de vida y de amor, porque vivir en soledad siendo dos es muy muy pero que muy triste, lastimoso y doloroso. Vivamos el amor des del amor y gratitud por lo que fue, sin juicio, sin culpa.

Honremos nuestras relaciones y seguimos caminando bonito por nuestro camino

Vivamos des del AMOR en mayúsculas

Sandra Salvadó

Gracias por todo lo que soy

Gracias por todo lo que tengo

Gracias por todo lo bueno que ahora fluye hacia mi

COMPARTE ESTE POST EN:

Sandra Salvadó

Taróloga, Coach y Creadora del concepto Divorciarse con Amor, El Arte de Amar(te).

Pin It on Pinterest