La Ley del Péndulo

Como afirmaba Aristóteles: En el punto medio está la virtud

Si hay una fórmula que me ha hecho entender algunos de mis comportamientos a lo largo de mi vida ha sido la ley del péndulo. Esta ley me ha permitido auto-explicarme ciertas conductas,  señaladas como excesivas.

La ley del péndulo habla de: cuando estamos anclados en comportamientos extremos y que cuando decidimos abandonarlos normalmente lo hacemos yéndonos a la polaridad, es decir al lado opuesto, al otro extremo, en consecuencia volvemos a estar viviendo nuestra vida al borde pero esta vez desde otra extremidad.

La cuestión es que cuando estamos agotados de vivir en un emoción de una manera  extrema, por ejemplo: decir a todo y todos que sí por miedo a ofender , molestar, que nos dejen… etc… nos vamos al lado de no más absoluto y rotundo, convirtiéndonos en unos rezongones malhumorados y protestones.  Así pues lo ideal sería poder vivir con nuestro péndulo emocional en equilibrio, en el centro de ambos ambas polaridades, estable y mantenido por su propio peso.

Os dejo algunos tips, de cómo decir NO, sin sonar descortés o áspero: A mí me han ayudado, espero que a ti también

¿Cómo podemos decir no sin parecer unos gruñones y rudos?

– Me encantaría ayudarte, pero me lo has dicho con muy poco tiempo para organizarme, para esta ocasión ¿cómo lo podrías solucionar? ¿Puedes conseguir más margen de tiempo

-Ahora mismo no puedo darte una respuesta, en cuanto pueda te digo sí o no

– No gracias, hoy no puedo.

Estas pautas nos da pie a respirar, valorar y contestar un tiempo después con calma habiendo meditado bien lo que queremos hacer.

Las emociones no puede gobernar nuestra vida.

Ellas no deben llevar el timón de nuestras existencia.

Seguimos pues con la Ley del Péndulo:

 ¿ Por qué vivimos instalados en lo opuesto, en los extremos?

1.      La idealización del opuesto: cuando sentimos que estamos constreñidos en algo, tendemos a idealizar el extremo contrario.

2.      La necesidad de reafirmarnos: cuando hacemos los cambios desde la rebeldía buscamos el impacto en los demás y en nosotros, trasmitir que ya no estamos en el mismo sitio. De este modo, tendemos a elegir el vistoso extremo antes que el discreto centro.

3.      La comodidad del extremo. Los extremos son cómodos, no tienen contención, filtro ni elaboración. Es fácil incluirse en un extremo, por lo que si estamos acostumbrados a un extremo, nos será más sencillo movernos al contrario que al término medio.

Os pongo algunos ejemplos, a ver si os suenan

– Cuando salimos de una relación donde dónde el sexo era pobre o inexistente tendemos a buscar la valorización del físico y relaciones dónde el contacto sexual sea clave y muy importante.

– Cuando salimos de vivir con unos padres «dictadores» tendemos a la revolución

– Cuando hemos vivido reprimidos por voluntades ajenas, nos trasladamos a la locura emocional más absoluta

Cuando enciendes una vela, también proyectas una sombra.

– Ursula K. Le Guin

Esta frase sobre el equilibrio se enfoca en la necesidad de comprender que en todas las personas y sucesos coexisten dos polos opuestos. De esa aparente dicotomía surge precisamente el equilibrio.  Uno existe para ayudarnos a valorar el otro. Nada es completamente positivo o completamente negativo. Todo, incluidos nosotros, contiene luces y sombras que debemos ser capaces de ver si queremos vivir de manera más balanceada. Enfocarnos solo en un aspecto hará que nos perdamos el panorama global, perdiéndonos además la riqueza y complejidad de ese suceso o persona.

Una vez probados los dos extremos, tendremos más criterio para decidir en qué parte del espectro queremos situarnos.

Cuando conseguimos romper con el dejarnos llevar, introduciremos en nuestro sistema de pensamiento, comportamiento y decisión esa parte más racional, esa capacidad de filtro, de elección real y de compromiso con ella, además detectaremos en nosotros las desviaciones hacia los extremos pudiendo reconducirnos.

Experimentar nuestras emociones, sean las que sean,

con una excesiva implicación nos conducirá al sufrimiento

Vivir en la intensidad emocional

De manera natural algunas personas tienen más tendencia a la intensidad emocional, vivir así nos lleva a sentir cada una de las emociones con una magnitud superior.

Vivir con esta intensidad nos lleva a llevarnos a vivir en el descontrol y cualquier pequeño evento en nuestra vida será suficiente para desestabilizarnos y una vez instalados en la desestabilidad emocional nos lleva a sentir ahogo en nuestro propio.

Solo si logramos el equilibrio seremos capaces de desenvolvernos en la vida con libertad, lo contrario nos hace presos de nuestros procesos internos.

Estamos de acuerdo que es fácil entender cuando hablamos de situaciones desagradables o sentir lo que llamamos emociones «negativas», pero qué pasa cuando se trata de emociones «positivas»? alegría, disfrutar en exceso, por ejemplo:

Supongamos a esa persona que siente con intensidad;  de pronto le surge una oportunidad de oro: encuentra un buen trabajo  y su estado financiero sube como la espuma. Es lógico y natural sentirse feliz y agradecido por haber logrado una meta, pero esta persona posiblemente irá más, el entusiasmo será tan grande que puede perder el foco y comenzar a gastar sin control, o descuidar el resto de áreas de su vida. Por tener toda su energía puesta centrada en el logro.  Probablemente su economía se irá deteriorando y quizás incluso sus relaciones personales y cuando el péndulo se mueva y la situación cambie, se encontrará de bruces con la realidad y la persona sentirá el abismo el caos por ser incapaz de mantener los pies en el suelo cuando todo iba bien.

Si tus emociones toman el control sobre ti, el caos está asegurado

Las emociones son una parte connatural de todos los seres humanos, y debemos permitirnos sentirlas, escucharlas, pero no darles el control. Buscar el equilibrio, cuando nos ocurra alguno bueno no perder el foco y cuando nos ocurra algo malo no perder la esperanza.

Colocarnos en la posición de espectadores externos de nuestras propias emociones, no identificarnos con ellas. Sintamos pero recordemos que nosotros tenemos el mando

Por último pero no por eso menos importante, recordar esta frase de William Arthur Ward:

Un sentido del humor bien desarrollado

es lo que equilibra tu camino  a través de la vida.

Antes o después, la vida nos pondrá a prueba y el sentido del humor puede marcar la diferencia en esos momentos, sobre todo la capacidad para reírnos de nosotros mismos, poner buena cara al mal tiempo o incluso encontrar lo absurdo de las circunstancias. El humor no hará que los problemas desaparezcan, pero al menos les restará parte de su impacto emocional. Y eso nos ayudará a reencontrar el equilibrio perdido.

Mantra: Lo que siento en un momento determinado de mi vida no define quien soy.

Gracias por permitirte este viaje hermoso de vuelta a ti sin olvidarte  del amor, hacia ti.

Honremos nuestras relaciones y sigamos caminando bonito por nuestro camino

Vivamos des del AMOR en mayúsculas

Sandra Salvadó

Gracias por todo lo que soy

Gracias por todo lo que tengo

Gracias por todo lo bueno que ahora fluye hacia mi

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Sandra Salvadó

Taróloga, Coach y Creadora del concepto Divorciarse con Amor, El Arte de Amar(te).

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