Escuchando a Macaco, la canción «Coincidir» que una buena amiga mía me recomendó, empecé a pensar en todas esas historias que he vivido a lo largo de mi vida.
Historias que cuando ocurrieron hace 10, 15, 20 años no valoré ni tampoco paré a pensar el porqué de esas coincidencias. En esos años simplemente vivía con lo que se llama el piloto automático puesto.
Eso sí, siempre con el corazón bien abierto, sintiendo con la máxima intensidad, vibrando con las historias de amor más bonitas, con los desamores más desgarradores. Siempre he sido muy folklórica para esto de las emociones, y lo que he sentido ha sido siempre elevado al cubo, nada de amores mediocres, amistades pasajeras, noooooooooooooooooo !!!!
LA INTENSIDAD si tiene nombre probablemente se llame Sandra.
Hoy recuerdo las historias más lejanas y las que no lo son tanto, y las entiendo y les doy un lugar en mi a cada una de ellas.
Cada persona bonita que ha llegado a mi vida, me ha traído un aprendizaje, una lección. Unos en forma de amor infinito, otros con la fría y dolorosa deslealtad han hecho que mire mi dolor y me recomponga cada vez más fuerte cada vez más consciente. Hoy entiendo eso de las relaciones espejo, esas personitas hermosas que ponen ante ti eso tan tuyo, que uno mismo no quiere ver, no quiere aceptar.
Mirar mi biografía con ojos llenos de amor me da paz y sonrío recordando momentos que en su día me dolieron como si me clavaran una daga en el corazón. Comprender que todo lo vivido ha sido necesario para ser hoy quien soy, es un acto de generosidad enorme hacia mí, aceptar que hice todo lo mejor que supe en cada instante de mi pasado es un acto de amor infinito hacia mi persona.
Honro mi camino y agradezco a cada uno de las personitas especiales con las que he compartido vida, sus enseñanzas me han embellecido, engrandecido. No importa cuán dolorosas hayan sido, no importa cuán placenteras hayan sido, lo realmente importante es que con cada una de estas relaciones he crecido, mejorado y me he conocido un poco más.
Me encanta el estribillo de la canción que os mencionaba al inicio del post, os lo escribo aquí:
Hay tanto a elegir
Y tú y yo aquel día coincidir
Coincidir
Coincidir
Era tu historia
Se cruzó con la mía
Tanta gente, tanta gente ahí fuera
Y coincidir aquel día…
Coincidir aquel día es una frase que hoy cobra todo el sentido para mí, coincidir aquel día es sin duda una bendición.
Sigo mi camino, deseando coincidir contigo, si tú, que aún no te conozco pero ya eres parte de mi camino, tú serás esa personita especial, esa pieza de mi puzle, que me permitirá conocerme un poco más
A los que un día coincidimos y me dolió vuestra perdida, o simplemente no supe entender vuestro dolor y en consecuencia me dolió a mi tanto o más que a vosotros, a los que sin querer me heristeis,: Os perdono y me curo.
A mi más recientes coincidencias, gracias por reflejarme mi propia luz.
Qué bonito coincidir contigo aquel día, era tu historia y se cruzó con la mía.
Sandra Salvadó
hola@sandrasalvado.com
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