¿Cuántas veces oímos hablar de los problemas que tienen los niños de padres divorciados? y que pocas veces se habla de los niños que viven en casa con padres casados viviendo en desamor.
La cuestión principal no es si los padres viven juntos o no, el dolor la dificultad es el NO AMOR entre la pareja
La inmadurez emocional de la pareja en cualquiera de los dos casos expuestos, es lo que provoca el dolor y el sufrimientos en los hijos.
La raíz del conflicto es cuando los padres interactúan entre ellos desde su niño interior herido, es ahí cuando detona el combate y los niños son los principales damnificados, sin olvidar que la actuaciones reactivas de la pareja son altamente malsanas para los dos, Papá y Mamá.
Para los hijos, los padres somos su base, su amor, su guía, su sostén, su TODO si nosotros como padres no somos capaces de ocuparnos de nuestras propias vidas, emociones sentimientos, debemos ser conscientes que esto tendrá un efecto directo en nuestros hijos a los que cargaremos con nuestros miedos, inseguridades juicos e incapacidades.
Criminalizar a los padres divorciados como si el hecho de divorciarse fuera la CAUSA principal del desastre emocional en el que viven sus hijos es tan irresponsable como decir que todo los matrimonios funcionan.
Niños de padres viviendo juntos en desamor o niños de padres divorciados son parte de una misma ecuación, el resultado variará si el componente de unión es la herida, la ira, el enfado, la indiferencia o si el componente de unión es la compasión, la estima, la compresión, la aceptación del momento presente.
Un matrimonio no garantiza amor ni un divorcio odio, dejar de posicionar ambos estados en contra como si fueran equipos rivales podría ser el primer gran paso.
¿Cuál es la solución?
– El Amor, el amor es la energía más elevada que lo incluye todo sin excepción
Os abrazo el alma
Sandra Salvadó
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